Las pruebas para la detección de la covid-19 no se limitan a los PCR y las pruebas serológicas. En las últimas semanas, además, el protocolo seguido en verano por la sanidad pública (PCR ante cualquier sospecha de contagio) ha cambiado, y ahora solamente se realizan a quienes presentan síntomas asociados al virus. El test de antígenos está ahora mucho más presente en el día a día. Es muy rápido y fiable, cosa que no ocurría al principio de la pandemia. 

Los test se diferencian en dos grandes grupos: las pruebas que detectan una infección actual y las que arrojan un resultado positivo cuando el virus ha estado presente en el organismo, dejando un trazo analizable en forma de anticuerpos.

Test antígenos

Se realizan a través de una muestra nasal o de saliva y detectan la proteína del virus de manera rapidísima: en cuestión de 10 – 15 minutos. El problema es que “hasta la fecha no disponíamos de test con la sensibilidad y la especificidad necesarios”. De conseguirse, serían perfectos para hacer un primer cribado a la población porque ayudaría a desatascar el desbordamiento de los laboratorios. 
​VENTAJAS: Rápido y asequible y rápido. Se presume un precio similar al test rápido de anticuerpos. Cuentan alrededor de 4 euros.
DESVENTAJAS: De momento no se venden en farmacias.

Test serológico

Se hacen mediante análisis de sangre y permiten detectar los anticuerpos producidos tras el contacto con el virus. Si el resultado en este último test es positivo, quiere decir que hay inmunoglobulinas; la persona analizada ya ha estado expuesta al virus, y falta saber si se trata de una infección activa o pasada. La respuesta a esa pregunta llega al estudiar los tipos de inmunoglobulinas, que pueden ser IgM o IgG. Si el IgM es negativo, no hay contagio actual con el virus, y si da positivo, hay una infección aguda. En cuanto al IgG, si este marcador da negativo quiere decir que la persona no ha estado en contacto con el virus en la amplia mayoría de los casos, aunque puede darse la circunstancias de que el contacto con el virus sea tan reciente que aún no se hayan generado anticuerpos. Si el IgG es positivo, indica que hubo una infección en el pasado, y no aguda, porque se entiende que no hubo sintomatología si el paciente no llegó a enterarse. 

PCR

La PCR, siglas en inglés de ‘Reacción en Cadena de la Polimerasa’, es una prueba de diagnóstico que permite detectar un fragmento del material genético de un patógenoque en el caso del coronavirus es una molécula de ARN.
​Si tras el análisis en un laboratorio de microbiología de una muestra respiratoria de una persona sospechosa de estar infectada, la prueba detecta ARN del virus, el resultado es positivo y se confirma que esa persona está infectada por el ARS-CoV-2. Si la técnica de PCR no detecta el material genético del virus, la persona no estaría infectada; cuando hay una sospecha clínica importante se debe realizar otra prueba para asegurar que el paciente no está infectado por el virus.
La PCR es una prueba que tiene unas características básicas que son: alta especificidad; alta sensibilidad, y precoz porque se detecta virus en las primeras fases de la infección respiratoria. Desde el inicio de la epidemia del coronavirus se ha realizado el diagnóstico mediante técnicas de PCR. Los resultados tardan varias horas y, según la Comunidad Autónoma, puede tardar incluso días dada la saturación en los laboratorios.

Test rápidos

Los denominados test de diagnóstico rápido permiten conocer en 10-15 minutos si una persona está o no infectada. A diferencia de la PCR, estos test rápidos no identifican el ARN del virus, sino que detectan, o bien anticuerpos producidos frente al virus utilizando una muestra de sangre, o bien proteínas del virus presentes en las muestras respiratorias de exudado nasofaríngeo. Además de la rapidez, presentan otra ventaja muy importante en el momento actual ya que pueden realizarse en el domicilio de un caso sospechoso, siempre supervisado por un profesional sanitario.
Gracias a estos test, cuyo funcionamiento es similar al de los test de embarazo, se podrá mejorar el cribado en la población y limitar los ensayos de PCR sólo a aquellos pacientes que, con sintomatología, den un resultado negativo mediante los test rápidos, lo que permitirá liberar profesionales y recursos en el Sistema Nacional de Salud.

FUENTE: heraldo.es